Tu ne quaesieris (Odas, Libro 1, Poema 11) de Horacio
La más conocida de las odas de Horacio, «Tu ne quaesieris» («No preguntes»), que se publicó en el 23 a. C., es una colección de odas. como el undécimo poema de las «Odas» o «Carmina» de Horacio, el primer libro. El poema es una breve reprimenda a una mujer llamada Leucono que se preocupa por el futuro, y usa metáforas agrícolas para exhortarnos a disfrutar los placeres del presente en lugar de depender de aspiraciones lejanas para el futuro. El poema también se menciona con frecuencia como «Carpe Diem» después de la conocida frase en la línea final, u ocasionalmente como «Ad Leuconoem» después de su dedicatoria inicial.
Sinopsis de Tu ne quaesieris (Odas, Libro 1, Poema 11)
El poeta aconseja a Leucono que no dude de lo que los dioses han planeado para él ni que ponga su fe en la astrología, como hacían los antiguos babilonios. Mientras va pasando el tiempo mientras lee el poema, ella debe en cambio someterse y aprovechar al máximo los años que nos ha dado bebiendo vino y viviendo la vida al máximo sin preocuparse por el futuro.
Análisis de Tu ne quaesieris (Odas, Libro 1, Poema 11)
Horacio desarrolló sus «Odas» emulando deliberadamente la breve poesía lírica de maestros griegos como Píndaro, Safo y Alcaeus. Su genio fue adaptar estas formas más antiguas a la vida social de Roma durante el reinado de Augusto, utilizando principalmente los metros sáfico y alcaico de la antigua Grecia. Los primeros tres libros de las «Odas», que incluyen este, se publicaron en el 23 a. C., y el primer poema de la colección, «Nunc est bibendum», se escribió a principios del siglo III a.
Se desconoce la fecha precisa en que se escribió este poema en particular. La carta está dirigida a un compañero más joven llamado Leucono, que no está identificado. Su verdadero nombre probablemente no sea Leucono, que se traduce aproximadamente como «cabeza vacía». Según las insinuaciones del poema, Horace y Leuconoe probablemente estaban juntos en un ventoso día de invierno en una villa cerca de la Bahía de Nápoles (también conocida como el «Mar Tirreno»).
Horacio logra evocar imágenes vívidas con las frases más parcas y económicas, dándole al poema una música distinta, especialmente cuando se lee en voz alta. Para cerrarlo se utiliza la conocida frase «carpe diem, quam minimal credula postero» (aprovecha el día, confía lo menos posible en el mañana).
Recursos de Tu ne quaesieris (Odas, Libro 1, Poema 11)
- Traducción al inglés de John Conington (Proyecto Perseo): http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text.jsp?doc=Perseus:text:1999.02.0025:book=1:poem=11
- Versión en latín con traducción palabra por palabra (Proyecto Perseo): http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text.jsp?doc=Perseus:text:1999.02.0024:book=1:poem=11